domingo, 16 de enero de 2011

La caida del imperio romano

La caída del Imperio Romano (Occidental) fue un proceso en el cual intervinieron varios factores, los cuales terminaron por explotar tras la separación del Imperio en 395 por Teodosio I, y caer definitivamente en 476.
Causas de la caída del imperio: Luego de los siglos dorados del Imperio Romano (periodo denominado Paz romana, siglos I-II), comenzó un deterioro en las instituciones del imperio, particularmente la del propio Emperador. Fue así como tras las malas administraciones de la Dinastía de los Severos, en particular la de Heliogábalo, y tras la muerte del último de ellos, Alejandro Severo, el imperio cayó en un estado de ingobernabilidad al cual se le denomina Anarquía del siglo III. Entre 238-285 pasaron 19 emperadores, los cuales incapaces de tomar las riendas del gobierno y actuar de forma concorde con el Senado, terminaron por situar a Roma en una verdadera crisis institucional. Durante este mismo periodo comenzó la llamada "invasión pacífica", en la cual varias tribus bárbaras se situaron, en un principio, en los limes del imperio debido a la falta de disciplina por parte del ejército, además de la ingobernabilidad producida en el poder central, incapaz de actuar en contra de esta situación. Por otro lado, las guerras civiles arruinaron al imperio, el desorden interno no sólo acabó con la industria y el comercio, sino que debilitó a tal punto las defensas de las fronteras imperiales, que privadas de la vigilancia de antaño, se convirtieron en puertas francas por donde penetraron impunemente las tribus bárbaras. Tras una breve "estabilización" del imperio, en manos de algunos emperadores fuertes como Diocleciano, Constantino y Teodosio I, el imperio se dividió definitivamente a la muerte de este último, dejándole a Honorio el sector de Occidente, con capital en Roma, y a Arcadio el sector Oriental, con capital en Constantinopla.

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